Dormir bien no debería ser un lujo. Sin embargo, cada vez más personas llegan a consulta con una queja común: “No puedo dormir”. El insomnio puede parecer solo un problema nocturno, pero en realidad tiene un impacto profundo en nuestra salud física, emocional y mental.
En Tigris Psicología abordamos el insomnio como una señal: algo en nuestro ritmo de vida, nuestras emociones o nuestros hábitos necesita atención. Y, en muchos casos, se puede recuperar un descanso natural y reparador sin necesidad de medicación.
¿Qué es el insomnio y cómo se manifiesta?
El insomnio no es solo dormir pocas horas. Es una alteración persistente del sueño que puede manifestarse de varias formas:
- Te cuesta conciliar el sueño, incluso estando muy cansado/a.
- Te despiertas en mitad de la noche y no logras volver a dormir.
- Te levantas temprano, mucho antes de lo previsto, sin poder descansar más.
- Aunque duermas, sientes que no descansas y afrontas el día con agotamiento.
Estas dificultades generan una “fatiga acumulada” que afecta la concentración, el estado de ánimo, el rendimiento laboral y la capacidad de disfrutar el día a día. El resto de áreas de tu vida se ven afectadas por este aspecto y viceversa.
Causas frecuentes del insomnio
Dormir mal no siempre tiene una única causa, siempre hay que evaluar en cada caso específico cuales son las razones concretas. A menudo es el resultado de una combinación de factores físicos, emocionales y de estilo de vida. Algunas de las causas más comunes son:
- Estrés o exceso de responsabilidades
- Ansiedad: pensamientos repetitivos o anticipación constante
- Uso de pantallas por la noche (móvil, televisión, ordenador)
- Horarios de sueño irregulares o falta de rutina
- Consumo de estimulantes o cenas copiosas
La buena noticia es que identificar estos factores permite intervenir de forma eficaz.
¿Qué hábitos empeoran el insomnio?
Cuando no logramos dormir bien, solemos cometer errores que, sin darnos cuenta, agravan el problema. Algunos de los hábitos más comunes que interfieren con el descanso son:
- Tomar café, té o alcohol por la tarde o noche
- Usar el móvil en la cama “para relajarse”
- Hacer ejercicio a última hora
- Acostarse con hambre o demasiado lleno/a
- Estar pendiente del reloj durante la noche o mirarlo cuando te despiertas
- Permanecer en la cama dando vueltas sin sueño
Corregir estos hábitos, entre otros muchos, es un paso esencial para reeducar al cuerpo y la mente hacia un sueño más saludable.
¿Qué puedes hacer para dormir mejor?
Recuperar un descanso reparador es posible. Aunque no existe una fórmula mágica y siempre habría que aplicar estrategias concretas en función de la persona, hay ciertas dinámicas que están respaldadas por la ciencia y que ayudan a regular el sueño de forma natural:
- Establece una rutina nocturna que incluya actividades relajantes (leer, ducharse, meditar).
- Evita pantallas al menos 1 hora antes de acostarte.
- Mantén un horario fijo para dormir y despertar, incluso los fines de semana.
- Asegura que tu habitación sea oscura, silenciosa y adecuada en temperatura.
- Practica ejercicios de respiración o mindfulness antes de dormir para calmar la mente.
Estos hábitos pueden marcar la diferencia entre una noche de vueltas y una noche de descanso profundo.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Si llevas semanas o meses sin dormir bien, si el insomnio afecta tu energía, tu concentración o tu estado de ánimo, no esperes más. Dormir mal no es algo “normal” ni que debas soportar sin ayuda.
En Tigris Psicología podemos ayudarte a:
- Explorar si hay causas emocionales que estén alterando tu sueño
- Aprender a gestionar el estrés o la ansiedad
- Romper el círculo vicioso del insomnio con estrategias personalizadas
- Volver a dormir de forma natural, sin depender de pastillas
El descanso no solo es necesario. Es salud, equilibrio y calidad de vida.
